Nuestro mundo esta desbocado, tal como un caballo salvaje. Corre y corre sin ton ni son y es incontrolable. Para tratar de frenarlo, donaciones a través de conciertos masivos, apariciones en tv y radio. Campañas gigantescas donde recursos y brazos humanos fueron desplegados para la loable causa, en fin. Todo esto y mucho más para hacer eco en las cabezas de los fans sobre asuntos de preocupación mundial que afectan a miles o millones de personas a lo largo y ancho de nuestro mundo.
Talentosos, carismáticos, comprometidos socialmente, muchos voceros, líderes de opinión, creativos, artistas de la talla de U2, por mencionar sólo a uno, ha demostrado indudablemente que los que aman la música, también corresponden a las causas sociales que merecen atención. Como voceros han logrado trascender fronteras y unir en unísono la voz con peticiones de un mundo que agoniza en intolerancia, inequidad y egoísmo.
Si ellos pueden, ¿por qué nosotros no? Porque podemos aportar de muchas maneras: no tirando basura, compartiendo, perdonando, trabajando, amando a nuestra familia, dando un buen ejemplo. Pues es finalmente Dios quién nos crea, pero no olvidemos que el rock nos junta.
Por Queen Elizabeth